lunes, 9 de febrero de 2009

Rocío Soria / La Voz del Dolor II

Escrito por Salvador García
Domingo, 08 de Febrero de 2009 00:00

"¿Es posible escabullirse de sí?”, se pregunta Rocío Soria en el poemario El cuerpo del hijo (Rueca Editores, 2008). Este cuestionamiento es uno de los andamiajes que sostienen el libro, el cual –como se expresó en la entrega anterior– halla en el dolor su manantial primigenio. Cada palabra, cada oración, cada silencio que recuerda el mutismo de saberse vivo son rociados de un dolor profundo, a veces hosco, otras susurrado apenas, pero dolor tan hondo y tan presente como la sombra que ronda la fatiga diaria, como la sombra imprescindible para perecer, poco a poco, entre el movimiento de las manecillas del reloj: “El suicidio es una maniobra cuando los días todavía tienen algo:/ la permanencia del dolor abriendo sus tragaluces,/ los tobillos hinchados,/ el divertimento es necesario,/ el dolor es necesario”.

En su poemario, Rocío Soria pretende asir todas las voces. El yo poético cambia de tono y de discursos y en ocasiones es un ser en pleno debacle, tal vez no físico, pero sí espiritual, en tanto sus palabras se llenan de cuestionamientos para seguir el camino: “no sé si muero o asesino”. Una voz femenina aparece de la misma forma, también inquieta, con las interrogantes en la punta de la lengua, así como afirmaciones demoledoras de almas: “Empiezo a impacientarme con la muerte, te lo juro,/ ahora sé que llegará justamente ese día en que pensemos en la risa/ como arma de exterminio”. Y agrega: “Antes pensaba que el miedo era una mosca que zumbaba al borde del plato,/ una cuerda cerrada dentro de la caja transversal.// Pero no es así,// el miedo es este intento de arrimarme a su dolor/ y sólo conseguir un espacio profundo entre sus gritos”.
La misma vos se diluye, se multiplica infinitamente en el féretro de las palabras, se niega a ser partícipe en el juego de esos “él y ella” que pretenden asirse y los abandona, los deja en la orfandad y desde un sitio privilegiado para observar el desencanto de esos seres discursivos, seres moribundos, seres en las tinieblas del dolor, marionetas al fin de un dios lacerante, nos asesta sin misericordia: “la muerte abulta del mismo modo que si llevaras piedras y en el mismo sitio,/ sólo que a veces fantaseamos y la llamamos amor”.

En El cuerpo del hijo, la falta de certezas es un fardo imposible de abandonar, una cruz dispuesta a demandar el sacrificio del alma contagiada de la enfermedad del vivir: “No sé si voy caminando o voy desplomándome,/ en una especie de rueda de fuego;/ no sé si sueño o empiezo a devenir/ me parecen absurdos estos pasos”. Rocío Soria ensaya así una poesía amenazante, hermética, alejada de la blandura de las palabras. Sabe que la primera razón del arte es transgredir al lector, llevarlo a umbrales alejados del orden de la razón, conducirlo al abismo para salir otro o, por lo menos, con migajas de algún otro que se había perdido en el camino: “El agua le presiona las fosas de la cara/ hasta el fondo,/ hasta el espasmo/ sin que el hombre intente salvarse o sacar las alas”. La poeta ecuatoriana logra todo ello, pues de antemano sabe que “la muerte es una ingenua treta y aunque ya no le fuera posible nada,/ la muerte seguiría siendo solo/ una ingenua treta”.

(Imagen: Hugo Ortiz)

viernes, 6 de febrero de 2009

POETAS EN RADIO

PROGRAMA ESPECIAL27/12/08
¡¡¡ FELIZ AÑO 2009 ¡¡¡
SON LOS DESEOS DE CARLOS FERNANDEZ Y ADRIANA VALOR
¡¡MICROFONO ABIERTO ¡¡¡
PROGRAMA ESPECIAL DE FIN DE AÑO"UNA NOCHE INOLVIDABLE" - 21 A 24 HORA DE BS.AS. -TELEFONO: (0054) 11 - 5256.4310
AFV PRODUCCIONES... ¡¡¡
informa ¡¡¡
ULTIMO PROGRAMA DEL SEPTIMO AÑO EN EL AIRE¡¡¡
PROGRAMAS 1.079 y 1.080 ¡¡¡Carlos Fernandez y Adriana Valorlos invitan: Sabado 27 de diciembre 21 hs. ( hora de buenos aires )
"UNA NOCHE INOLVIDABLE" en vivo escuchalo por:
www.radiosentidos.com.ar programas de internet para conectarse:
Windows Media - Winamp - Quick Time - Videolan, Real Audio

RADIO SENTIDOS: TEL. (0054) 11.5256.4310

CON LOS POETAS ECLECTICOS DEL MUNDO…
Y LA MUSICA DE TODOS LOS TIEMPOS CONDUCE:
CARLOS FERNANDEZY LA PARTICIPACION ESPECIAL DE ADRIANA VALOR
SABADOS DE 21 A 24 HS. (hora de bs.as)

POETAS INVITADOS

ARGENTINA : JORGE LUIS BORGES – MABEL FERNANDEZ ARBELO - STELLA MARIS TABORO - LYDIA PISTAGNESI - MARIA A.G. BALBUENA - EDITH MICHELOTTI - ALDO RABOUIN CANTISANI - RAQUEL TEPPICH - NILDA PIGAZZINI - RODOLFO LEIRO - NORBERTO PANNONE - ANA DE BENEDICTIS - CECILIA GLANZMANN - MARY ACOSTA - XENIA MORA RUCABADO - MIGUEL ANGEL GONZALEZ - AUDROC - RICARDO CARDONE - PYGMALION - COCA DI MASSIMO - VIRGINIA PERRONE-

ESPAÑA: JOSE M. LOPEZ CONESA – MANUEL CORTES - KATY DOMINGUEZ - AMADO STORNI - OLGA SAN ISIDRO SEOANE -

BRASIL: ANTONIETA ELIAS MANZIERI - NEUSA MARILDA -

MÉXICO: MARTHA J. AGUILAR NAJERA - TINA GOMEZ GARCIA - MAREL SOSA - DANIEL MALDONADO SANCHEZ -

CUBA: GISELA CUETO LACOMBA - MIGUEL CRISPIN SOTOMAYOR -

ECUADOR: ROCIO SORIA

PORTUGAL: JORGE HUMBERTO

URUGUAY: HORACIO FERRER - DELIA FERNANDEZ CABO -

COLOMBIA:GABRIEL GARCIA MARQUEZ - ADRIANA ARIAS CASTRILLON
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Cultura de Veracruz

Opinión

Por: Raúl Hernández Viveros
Cultura de Veracruz
Diario de Xalapa
3 de junio de 2008

Desde hace varios días apareció el reciente número 31 de la revista "Cultura de Veracruz". Por tal motivo, se prepara la presentación en pleno centro de la capital veracruzana. Se trata de la entrega correspondiente a mayo de esta publicación independiente, que aparece cada mes en nuestra ciudad. Un espacio enfocado al descubrimiento de nuevos valores dentro de las letras de Veracruz. Sin duda alguna, "Cultura de Veracruz" prosigue en su labor editorial por la divulgación de nuestros escritores jóvenes o consagrados a nivel nacional, latinoamericano y de España.

Hay que destacar la difusión del poeta Alejandro Campos Oliver, quien otorga a los lectores la posibilidad de aproximarse a su obra literaria. Por otra parte, otra vez "Cultura de Veracruz" divulga a una joven narradora xalapeña: Maggi Rodríguez, con su relato "1944"; interesante trabajo narrativo que demuestra la calidad y la inspiración de una autora originaria de Xalapa. También se abren las puertas, a nivel nacional, a una joven poetisa ecuatoriana Rocío Soria.

Por lo cual, el poeta peruano Porfirio Mamani-Macedo realiza una interpretación de la subsistencia poética en su presentación sobre los versos de dicha autora. De nuevo, el excelente narrador veracruzano Fernando Winfield Reyes colabora en "Cultura de Veracruz", ahora con su "Breve nota sobre la tradición metodológica". Otro autor nacido en Xalapa, el ya reconocido Omar Piña, analiza el papel de "La molesta conciencia de la prensa", a partir de la manipulación en la información que comenzó con el movimiento estudiantil de 1968.

Celia Alvarez se integra al equipo de colaboradores de "Cultura de Veracruz" con la divulgación de su trabajo periodístico sobre "Ryszard Kapusinski", con motivo de los comentarios de Mario Muñoz sobre la nueva edición de su traducción de "Las botas", del desaparecido autor polaco. Cierra esta entrega un homenaje a Carlos Roberto Morán, autor argentino y amigo entrañable desde hace varias décadas. Este mínimo reconocimiento refleja el valor de una larga amistad que tuvo sus encuentros con la edición de sus libros "Territorio posible" y "Noticias desde el sur", este último en la serie Ficción de la Universidad Veracruzana.

Se agregan dos entrevistas a Carlos Roberto Morán: "Cada relato reclama la música" y "La música como objetivo", en donde nuestro colega y amigo define su poética y, al mismo tiempo, el papel de lector en nuestros días. Hay que comentar las hermosas ilustraciones realizadas por Alvaro Brizuela Absalón para esta edición de "Cultura de Veracruz", porque refleja la dedicación y la fuente inspiradora de un amante de la literatura y el arte. En fecha próxima se llevará a cabo la presentación de estas entregas literarias que forman parte del imaginario de México. Sin embargo, fuera de las fronteras es reconocida, y el próximo número dedicará un monográfico a las letras laguneras.

http://www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/n720436.htm

Rocío Soria, la voz del dolor / I

Escrito por Salvador García

Domingo, 25 de Enero de 2009 00:00

Qué es la vida, sino un acontecer humedecido de palabras susurradas a la nada. Acaso un deseo infinito nunca realizable o tal vez alcanzado mil y una veces y, por eso mismo, una sucesión de desencantos en la pesadilla: Miedo, incertidumbre, la vacuidad de la mano. El precipicio diario nos envuelve, nos aísla, nos llena la garganta de un eco oscuro y profundamente corrosivo, desnudo, fustigante, dolor al fin, dolor al inicio, dolor durante, dolor antes y después del nacimiento, dolor infinito, dolor desde la sombra y entre los sueños, dolor con olor a cierzo, dolor descalzo, imaginable, dolor puro, dolor simple, simple dolor.

Desde este territorio –su territorio– de dolor y palabra, de dolor y silencio, de dolor musitado ante la niebla, Rocío Soria hilvana cada uno de los textos del poemario El cuerpo del hijo (Rueca Editores, 2008). Nacida en Quito, Ecuador, en 1979, y con una esencia encaminada a la escritura, la poeta realizó estudios de Comunicación Social en la Universidad Central de su país y publicó anteriormente Huella conceptual, con el que obtuvo el Segundo Premio en el Concurso de Poesía organizado por el Departamento de Cultura de la institución superior mencionada.Asimismo, logró el Primer Premio en el Concurso Interuniversitario de Relato Corto de la Universidad San Francisco de Quito, en 2005; el Premio Internacional de Poesía Fanny León Cordero de la Asociación Ecuatoriana de Escritoras Contemporáneas, en el mismo año; Medalla de Bronce en el género de cuento en el Concurso de Poesía, Cuento y Ensayo organizado por la Facultad de Filosofía, Escuela de Lenguaje y Literatura de la Universidad Central, en 2006, y el Primer Premio en el Concurso del Libro y de la Rosa de la UNESCO y la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, también en 2006.

Siguiendo el mismo sendero de sus anteriores obras, Rocío Soria nos brinda en El cuerpo del hijo una poesía para gritarse, para desgarrar la voz en cada vocablo, como una muestra de saberse vivo, de saber viva la voz, la palabra, la poesía, de saberse vivo el hablante, pese a que el dolor y la orfandad aderecen nuestras palabras: “El amor es una contingencia, a veces,/ y otras una necesidad,// porque allá arriba o allá abajo no hay nada,/ porque en ningún sitio hay legitimidad para estas apariciones”.

Divido en tres secciones: “El”, “Cuerpo”, “Del” e “Hijo”, y cerrando con un poema como “Epílogo”, el libro se aprecia al igual que un parto de palabras punzante, donde las voces –cada una con sus necesidades– se mezclan hasta conformar un discurso mestizo, que narra el sufrimiento de otro u otros, padece el rencor de esa misma pesadumbre y clama por alguien –¿acaso una ella?– en la soledad de la agonía, en la soledad de no ser, en la soledad de lo nunca realizable:

“Ambos caminan con los brazos abiertos de cara al precipicio./ No podrían buscar el equilibrio en un momento así,/ Imposible.// Caminan, pero tan pronto se abren los boquetes/ empiezan a abrazarse/ asexuados,/ muñecos rotos.// Bisbisean como si no alcanzaran a tocarse/ y la sequedad de sus lenguas comenzara a espesar.// Caminan, pero tan pronto se abren los boquetes/ empiezan a abrazarse.// Muñecos rotos”. El cuerpo del hijo es una oración lóbrega, una plegaria jamás pronunciada o, peor aún, plegaria jamás escuchada, un murmullo olvidado en la cicatriz perenne de la vida, una desgarradura del espíritu por medio de la palabra, porque después de todo –señala, grita, escupe Rocío Soria–: “las palabras son como cualquier vómito,/ huesos engarzados en la lengua”.

salvadorgarci@yahoo.com.mx

http://www.lajornadamorelos.com/columnas/vientre-de-cabra/71780?task=view

ABC DIGITAL

Domingo, 25 de Enero de 2009

ROCÍO SORIA
El cuerpo del hijo

Por Delfina Acosta / Asunción, Paraguay
ABC DIGITAL

Hay un temblor de huesos en estos versos tiernos y al mismo tiempo afilados que nos propone Rocío Soria en su poemario El cuerpo del hijo, publicado por Rueca Editores.

Pareciera que toda la naturaleza está en parto, y que las señales de los astros confluyeran en su testimonio poético para recordarnos -fijamente- la desolación de la vida.
Dios arroja vómitos de sangre en la interpretación de los sueños de la poetisa ecuatoriana.
No hay pues lugar en el planeta Tierra para la flor, para la esperanza, sino un cúmulo de pus y de flores desesperanzadas.
No hay esferas azules en sus poemas, ni trinos, ni cantos de ondinas, ni sonidos que nos remitan a suaves aleteos de los pájaros en los bosques atardecidos.
Todo es conciencia de búsqueda a través de la sangre, del cuerpo, de la metamorfosis, del dolor existencial que va derramando su sangre (tal parece) en una palangana vacía.
Poesía fuerte, llena de desenfado, la suya.
Poesía vehemente, que no vacila en señalar a Dios en las alturas.
Poesía que duele, a pesar de su belleza.