lunes, 15 de diciembre de 2008

VEREDICTO DEL I CONCURSO DE POESÍA JUVENIL ILEANA ESPINEL CEDEÑO 2008

En la ciudad de Guayaquil, reunidos los jurados del I Festival de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño 2008, organizado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas y el grupo cultural Buseta de papel, luego de analizar los trabajos enviados al certamen, se decidió otorgar el Premio Único al conjunto de poemas titulado "Isadora", firmado con el seudónimo Ed Kemper; en mérito a las imágenes, al ritmo y a la musicalidad de estos textos, y al buen uso de un personaje de ficción, creando unos versos altamente logrados que le hacen honor solamente a la buena poesía. El jurado decidió conceder la Primera Mención de Honor a los poemas "La mujer de Helio", firmado con el seudónimo Euterpe, poemas en prosa de gran fuerza y de imágenes conmovedoras. La Segunda Mención de Honor a los versos "Ambigüedad de deseos" con el seudónimo Min-isis, poemas altamente eróticos y fuertes. La Tercera Mención de Honor para "Desobedientes papeles" con el seudónimo Dick Greison, poemas limpios que conjugan el arte de la escritura con la poesía y la Cuarta Mención de Honor para los poemario "De origen incierto" con el seudónimo Josué Abatista Rodríguez por su musicalidad y sus imágenes logradas. Abiertos los sobres, se comprobó que el Premio Único, firmado con el seudónimo Ed Kemper corresponde a Rocío Soria, de la ciudad de Quito. La Primera Mención de Honor, firmado con el seudónimo Euterpe, corresponde a Dina Bellrham, de la ciudad de Milagro-Naranjito. La Segunda Mención de Honor, con el seudónimo Min-isis, corresponde a Tamara Pin Acosta de la ciudad de Guayaquil. La Tercera Mención de Honor, con el seudónimo Dick Greison, corresponden a César Eduardo Galarza de la ciudad de Guayaquil y la Cuarta Mención de Honor, con el seudónimo Josué Abatista Rodríguez, corresponde a Johanna López de la ciudad de Quito. Dado en Santiago de Guayaquil, a los 12 días de diciembre del 2008.
Fernando Cazón Vera
Sonia Manzano
Siomara España
Isadora bellamorte,
hay un dejo de angustia en las partidas,
como un ojo de agua en mi boca por donde se vierten los adioses,
ojo de miedo atávico abierto en la cara como un bostezo.
miedo connatural,
parco,
mimetizado.

Tango bohemio de arrabal.

Isadora bellamorte,
las frutas bajo la tierra enmudecen,
sus hilos,
sus decúbitos,
sus úlceras,
sus azucenas,
sus trances casuales,
sus gestos al filo del ángelus.

Isadora bellamorte,
tu vientre templo sepulcro de los dioses.

Isadora bellamorte,
el recuerdo es el vicio de los solos,
la hora suprema del estertor no es suficiente
también están los recuerdos
sus magras presencias sobre los objetos,
sus músicas revoloteando en los cajones.
polvillo impalpable,
mano inasible,
aguja errante en el quicio del cuerpo.

2

Isadora bambolabella,
las pequeñas manitas de Isadora improvisaban juegos
el índice, príncipes dantescos
el pulgar, poeta bufón.
En cada mano de Isadora existía un mundo transpuesto
un nudo,
una fantasía,
un gorjeo de sangre,
una escisión,
un ventrílocuo de agua
¿Isadora existía en un mundo transpuesto?

Isadora muñeca de personalidades múltiples,

las pequeñas manitas de Isadora
fábula escénica delicada y breve,
sidra fría,
carne de manzana impúdica sobre la loseta.
Isadora mio cuore,
Isadora los trozos de la muerte,
Isadora secreteaba cada noche con los sobrevivientes de la locura
con la degradación del amor,
con los suicidios y otras aves
se masturbaba en su presencia,
atesoraba una sonrisa bajo el puñal del olvido.

Esa noche Isadora se acurrucó junto a los dioses
tal si la noche fuera una rata ciega,
tal si se reconociera en los vestigios que deja el silencio,
en algún sitio de su cabeza dejó de sonar alguna palabra
y la contrarréplica se hizo de su propia sangre.

Isadora bajó las escaleras con su inocencia de niña
trayendo entre sus brazos algunas criaturas del desvelo.
Nuestros hijos nonatos.

Isadora vuelve al círculo,
la muerte no es una sola, hay muchas muertes:
las grandes,
las inmensas,
las azulinas,
pero todas son insignificancias ante el dolor de vivir.

Isadora la sangre en el filo del lienzo,
el agua al borde de la asfixia.

Isadora voz de niña solitaria,
sus desmadejados miembros sobre la camilla
como si ya no fueran suyos.

Su voz se ha roto por dentro
preludio de pequeños espejos,
cubierta de su propia desnudez

Diosa de locos.

Mi corazón es un fardo de huesos rotos,
de flores rotas,
de mariposas esquiladas

3

Isadora réquiem de Mozart,

Isadora se pasea por mi cuerpo,
se ha quitado los ojos con la espátula de los óleos,
no quiere verme más ha dicho.

Isadora vuelve a nacer como vuelve a morir cuando la sueño,
me quitaré los ojos con la espátula de los óleos.

Isadora danza macabra de Saint-Saëns
su voz de violín profundo y taciturno ha venido por sus cosas,
su voz de violín breve y atribulado desfila por los huecos del apartamento.

Isadora

lo confieso con angustia pero sin culpa,
el día de su sepelio la busqué en otro cuerpo,
sucede como con los fantasma vivientes de las cosas perdidas
en el fondo de los cajones del recuerdo

-por qué no habría de llorarla de ese modo,
con el alma,
con el cuerpo,
con el libídine sangrante,
tantearla con mi ciego sexo cual si la invocara-

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oooye!
conmovedor texto
Isadora

Gracias Ro
Atte.
Carlos Vallejo

Salvador dijo...

Estimada Rocío:

Mañana 25 de enero publico un pequeño texto sobre tu libro en mi columna Vientre de Cabra del diario mexicano La Jornada Morelos. Lo puedes leer en la página www.lajornadamorelos.com. Seguramente Adriana Robledo te hará llegar algunos ejemplares. Mi correo es salvadorgarci@yahoo.com.mx
Por favor, salúdame a Fabián.

Un gran saludo desde México.

Salvador García