POR: WALTER JIMBO
QUITO, MAYO 2008
La memoria salpicada de sangre
Estoy salpicado la mente de sangre, me leí de un solo tu libro. Parece que uno se mete a un laboratorio donde hay pedazos de personas regadas por todo el espacio, me dejó esa fuerte sensación.
Me gustó bastante la voz interior que tiene, sino que debo confesar, esos desechos humanos de los que te hablo me produjeron como un escalofrío.
Un beso, adiós.
Por ahí hermosa de vernos.
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